domingo, 5 de junio de 2016

Noche sin cena...

La  manos me dolían, el estomago me rugía, ya se había pasado la hora de la cena, otra noche sin probar bocado y todo por no terminar a tiempo... Tal ves una noche de sueño sea lo que necesito, una noche tranquila, me la merezco. Subí las escaleras del sótano rumbo a la cama, eché una ultima mirada recelosa a mi arte culinaria, ¡Diablos que sí! era difícil quitar la piel humana, despellejar vivas a las personas no era buena técnica, sus músculos se contraen y hace mas difícil cocinar... Mañana por fin comeré como los Dioses, me lo merezco.




Bajo la tierra.

Siempre odie el polvo, se mete por mi nariz, mis ojos, a mi sangre, es por completo desagradable, doloroso y asqueroso al mismo tiempo...
Además por si fuera poco hay muchos gusanos repugnantes a mi alrededor, todos mordisqueando mis huesos y carne... la lombrices son babosas y viscosas, me dan asco...Y lo peor de todo algo empieza apestar a podrido... creo que soy yo.

martes, 1 de marzo de 2016